martes, 15 de marzo de 2011

Cuando sea grande ...




Cuando pienso en los tiempos pasados, en mis vivencias, recuerdo que parecían tan duraderos (por sobre otras cosas que parecían).
Pienso en los años de mi niñez y mi adolescencia como algo no sólo casi mágico, sino tan perpetuo.
Para todo faltaba mucho, y eso era –ahora que lo pienso retrospectivamente- fantástico.

Escuchamos y decimos que el tiempo pasa volando y curiosamente ya no sabemos casi esperar, nos impacientamos, nos alteramos. Queremos todo ya.

Parte de las cosas del crecer, no? (que no sólo es cuestión de contar los años) como por ejemplo la falta de aceptación ante los cambios. Somos por definición –en general- de asirnos a las etapas, a las sensaciones, al pasado, ni hablar a las personas.
La creencia de que antes todo era mejor y más perdurable nos convierte en esos seres nostálgicos que no solemos ser de niño, porque estábamos ocupandonos de vivir despojados de temores, con todo el mundo por delante, con todo el tiempo por delante. El "cuando sea grande" siempre quedaba lejos ..
Portamos la falsa creencia de que nos ponemos grandes cada vez más rápido ...

No siento que todo tiempo pasado fue mejor. Sospecho que vamos perdiendo la capacidad de creer en cosas que parecen imposibles, vamos descubriendo que la realidad es cada vez más cruda; tememos, dudamos, desconfiamos, olvidamos. Ganamos motivos para ello y perdemos inocencia para todo lo demás ...

Definitivamente me quedo con un sueño imposible de suceder: ojalá las personas por venir al mundo, nacieran con la capacidad de conservar esa magia que sólo se luce en la niñez.

Será que los adultos no entendemos nada, diría El Principito. Por ende no sabemos como vivir mejor, ahora que somos grandes ...

Gabb